viernes, 28 de septiembre de 2012

He aquí el primer alemán que compró el Iphone5; puede estar orgulloso pues pasará a la historia como tal. O no, porque luego saldrá el 6 y volverá a gastarse una pasta en ello. Al igual que existe el primer alemán que ha comprado el Iphone5, existe o existirá (lo siento, soy una ignorante del hiperconsumo de tecnología y no sé si eso se está vendiendo ya por aquí) el primer español que compre el Iphone5. Son taaaantas cosas las que se pueden comentar que no sé por dónde empezar. Quizá por ese tema del que siempre me ha gustado hablar y con el que más de uno se ha sentido incómodo (me encanta): el narcisismo y egoismo imperante en la sociedad actual. A algunos les gusta decir que en la sociedad de ahora impera el individuo sobre el grupo... una forma más bonita de decirlo, pero si por algo se caracteriza este blog es porque no pienso poner toallas calientes. Narcisismo y egoísmo. Ninguno estamos exentos de ellos y también he dicho muchas veces antes el ejemplo de las redes sociales, de las cuales yo también peco en este sentido: míra lo que tengo, mira lo que hago, acéptame, léeme, dale al "me gusta" en mi foto, observa lo inteligente y guapo/a que soy... No se engañe a sí mismo: quizá usted se hizo una red social para estar en contacto con la gente (sobre todo con gente que ya te la traía al pairo y que hasta habías olvidado), pero es incapaz de llamar al ser más cercano para preguntarle cómo le va la semana. En cambio sí que tendremos en cuenta aquel que no nos dice nunca nada en nuestro Facebook o que tiene la desfachatez de entrar al muro de uno mismo a poner una opinión en desacuerdo con la del propietario de la cuenta. ¿Y cuando voy a hablar del alemán y su Iphone5? Todavía no... Ahora quiero que miremos a España: España como país, como región, como nación de países, como lugar de reunión de varias culturas, como cacho de tierra en el que un día Isabel y Fernando se casaron y cogieron un Carioca o un Pilot negro y pusieron cruces de aquí hasta aquí para señalar que todo esto era uno; como se le quiera llamar a estos "constructos sociales" que se les llama Estados. Ayer en clase la profesora de Antropología comentó algo que bordó lo que yo pienso desde hace meses: "En España se están formando castas que ríete tú de la India". Puede parecer frívolo, pero señores, no hay mejor manera de describir lo que está pasando. Los financieros, banqueros y políticos se están meando (figuradamente pero pronto podría ser literal) en nuestras cabezas y nosotros, ¿qué hacemos? Pues pegarnos entre policía y pueblo: como si carneros y ovejas se pegaran ajenos a que el lobo está pegándose el festín a su costa. Los recortes que están realizando están afectando a los dos bandos y ¿que hacen ellos? Unos dar porrazos y los otros tirar piedras mientras financieros, banqueros y políticos siguen repartiéndose el pastel a gastos pagados y sueldos vitalicios. ¿Lo lógico no sería que todos a una se pusieran a la puerta del Congreso e hincharan a gorrazos a cada uno de los que allí salieran? Y que conste que me da igual el color: a gorrazo limpio con todos. Pero cualquiera de estos aspectos da igual mientras mañana pueda salir el Iphone6. De momento disfrutaremos del 5 que me permite aislarme del mundo exterior, actualizar mi Facebook para que todos vean que sigo igual de inteligente y guapo/a, que tiene 100 aplicaciones más que jamás usaré, que me ha costado una pasta, pero que ME la merezco y que me permite hacer fotos de una calidad extraordinaria a mis enemigos en las manifestaciones (me da igual que en enemigos pongamos policías, yayoflautas, estudiantes o perico de los palotes). Y mientras tanto que el mundo siga girando, pero, y vuelvo a dejar el blog sin toallas calientes, SOMOS GILIPOLLAS.