miércoles, 8 de junio de 2011

Queridos Reyes Magos, desearía un buen par de tetas...



Recuerdo, y no hace tanto de esto, que quería cumplir 18 años por varias razones (unas mejores que otras). Algo que todos sabíamos es que los 18 era la edad en la que uno ya podía votar y conducir. Cumplías la mayoría de edad y casi por teletransportación pasabas de soplar las velas a estar en la puerta de la autoescuela con una montaña de tests en las manos, aunque a algunos nos costó convencernos y tras apuntarnos tardamos años en volver. Los 18 también es la edad en la que enseñabas orgulloso tu carnet cuando te lo pedían al pedirte una "birra" o al comprar tabaco (diría que es la edad en la que puedes comprar alcohol y tabaco, pero es mentira, eso lo puedes hacer mucho antes,ilegalmente, pero lo haces). Además, algunas disputas en casa se zanjaban con el"todavía no eres mayor de edad". Pues, ¡ea!, qué le vamos a hacer, esperaremos a los 18. Pero estamos en una época en la que cumplir 18 años y ser mujer significa tener otra cliente potencial en las clínicas de cirujía estética.
"Y he esperado a ser mayor de edad para cumplir mi sueño" es lo que nos dice Verónica en los "testimonios reales" de una corporación de estética. Parece ser que la chica estaba acomplejada y "necesitaba" operarse, con la suerte de que su madre la apoyara en todo momento. Es genial. Espero que el día en que mi hija se sienta con la autoestima baja a mí me pille con la inteligencia alta y pueda ver que mi hija no tiene un problema de tetas sino complejos típicos que nos surjen a todas. Y si no se lo puedo hacer comprender yo, iremos a un psicoanalista porque si el problema de autoestima se lo arreglamos operándole con 18 años las tetas, mañana será el culo, pasado los pómulos y al otro la cintura, hasta parecer la mujer de fábrica que las grandes multinacionales y empresas nos dicen que tenemos que ser. ¿Tal es la idiocia que nos envuelve que no somos capaces de ver el negocio? El envejecimiento a día de hoy (y no me atrevo a afirmar que será algo para siempre pues no soy científica) es imparable. Si con 18 años ya crees que debes operarte vas a ser esclava del bisturí hasta el día que mueras. No por operarte se te quitará esa sensación de inseguridad y baja autoestima, pues ese problema que, como bien se nombra en el anuncio, es anímico no se puede arreglar con algo físico. Así que seguramente esta niña de 18 años acabará siendo una Barbie ensiliconada llena de complejos e inseguridades cuyo mayor logro será entrar en el Guinness por ser la mujer que más veces se ha operado por estética. Mientras tanto empresas farmacéuticas, de ropa, de complementos, de perfumes, etc...jugarán con esta silueta de mujer recauchutada para que la niña compre, compre y compre, y ella, bobalicona en todo su ser y como la inteligencia es inoperable, gastará, gastará y gastará porque es lo que le ordenan subliminalmente (o no tan subliminalmente).
Y he aquí el burka de occidente, ese que no crea debates para que se prohíba pero que no por ello es menos dañino que la túnica negra que tapa todo el cuerpo. Algunos dicen:"pero el burka es obligatorio y aquí se opera quien quiere". Cuando una niña de 18 años cree que NECESITA operarse señores míos, la obligatoriedad no es evidente pero existe y encima es más peligrosa porque no está claramente descrita: te introducen poco a poco la idea de que si no eres como las mujeres operadas de la "tele" no eres ni serás nunca nadie y te lo introducen en el cerebrito tan poco a poco que acabas creyéndotelo. Como las mujeres con burka que aceptan llevarlo porque creen que así son "buenas mujeres", las de aquí se operan porque creen que así estarán "buenas" como mujeres.
Así que yo anclada en que cumplir los 18 años significaba derecho a votar, a conducir, a comprar alcohol y tabaco, entrar a la universidad, etc...Y resulta que significa pedirle a los papás unas tetas nuevas, una vagina playboy, una liposucción o el culo de la Pataki (¿no es increíble que tu culo se pueda adquirir en cualquier centro de estética? Tengo suerte, el mío es único y venía de serie. No tuve que pagar por él).
Y no quiero que mi mensaje se entienda mal, pues creo que cuando has nacido con una malformación o has tenido un accidente y tu estado físico te va a impedir una vida normal, la cirujía estética en ese caso sí ayuda, pero está claro que es un caso de estado físico, no anímico. Pero cuando una niña de pecho 85 cree que tiene pequeñas las tetas y su mundo gira en torno a eso...hay un grave problema de conciencia en la sociedad. No banalicemos el cuerpo y sobre todo, el de la mujer (esperaos vosotros que el "jex extendel" viene pisando fuerte).
Creo que en la actualidad necesitamos más psicoanalistas y menos cirujanos.

P.D. Alucinada estoy aún con el tema "veneno de serpiente" en la cosmética y cirujía. ¡Nos metemos veneno y además todas contentas! ¡Sí señor!Inyécteme veneno...digo, bótox, señor cirujano.