lunes, 16 de febrero de 2009

Pereza: pecado capital


Fíjense si la pereza es mala, que hasta es un pecado capital. Una siesta: dos Ave Marías y si no, derecho al infierno. Y no es por ponerme en contra de la Iglesia Católica (que por cierto hace tiempo que no me meto con ella) pero hoy no voy a hablar de la pereza como pecado, si no: LA PEREZA COMO VIRTUD.
Todos estaremos de acuerdo que "dejar de fumar" es el propósito de año nuevo por excelencia. Yo hace años que dejé de proponérmelo, pues eso me llevaba al fracaso, el fracaso a la frustración y la frustración me llevaba al estanco. Bueno, no es que fumara mucho, pero más razón como para superarlo. Por temor a esta frustración dejé de decidir "dejar de fumar", vamos, dejé de dejarlo. Eso sí, el segundo propósito por excelencia de Año Nuevo no lo dejo pasar así por así: intentar adelgazar. Así que me propuse hacer esa dieta depurativa a base de piña durante dos días. Claro que acabas aguantando uno y comiéndote hasta los azulejos. Con estas dietas tampoco puedes fumar, porque si lo que quieres es depurarte en un día y fumas...no hacemos "ná". Aprovechando que se me acabó el tabaco el primer sábado de Enero, allá que fui con mi dieta depurativa que me aguantó desde la cena del sábado hasta la del domingo (pfff, ni si quiera aguanté un día de los dos que debían ser). La cuestión es que el Lunes me levanté y con la resaca de las Navidades, cualquiera tenía ganas de ir a comprar tabaco, aún menos teniendo que trabajar por la tarde. Y con toda mi Señora Pereza, me quedé en casa y no fui al estanco. ¿Y el Martes? Pues idem, porque yo, cuando me pongo perezosa...¿Miércoles? Nanai, que estoy muy cansada. Ya iré mañana al estanco.
Al llegar el jueves pensé: si llevo desde el domingo sin fumar...¡Joder! Qué palo fumar y echar a perder lo que ya he empezado...
Y así estoy desde Enero. Con mi propósito de Año Nuevo que vino de incógnito y luchando tras la cena que es cuando me pica el gusanillo. Gracias a la pereza he comenzado a dejar de fumarme esos dos cigarros que me atormentaban cada día (varios más si era fin de semana).
Y es que a perezosa no le gana nadie a una. PEREZOSA Y ORGULLOSA!

Sacar una nota baja


Hoy abriré dos post para demostrar que muchas veces hasta lo más negativo tiene algo positivo. Y es que hoy he tenido un mal día y eso me hace ser optimista (no culparme por mi forma de ser, nunca pretendí que me entendiérais). A veces, te pasa algo malo porque el destino te tiene preparado un camino mejor.
El domingo pasado (séptimo día y por tanto "del señor", leí en el suplemento de "El país" una carta llamada "Elogio a la Sociología". Me prometí a mí misma no olvidar el nombre del caballero que escribió esta carta para después nombrarlo como autor de la misma, pero lamentablemente mi molla pensante (cerebro) siempre deja que desear y lo olvidé. Me alegró mucho ver esta carta pues parece que la Sociología es esa Ciencia desconocida "que no sirve pa ná".
Recuerdo que en el primer curso, suelen hacer la pregunta de rigor: ¿Qué es la Sociología? ¿Para qué sirve?. Tras esta pregunta nadie se atreve a levantar la mano...y menos la voz. Por tu mente sólo pasa: "¿Y a mí que me cuentas? Estoy aquí porque la nota no me llegaba a publicidad...". Al menos este era mi caso y el de varios más, para desesperación de los profesores de primero.
Llevo toda mi vida arrastrando una perrería propia de un koala o un oso perezoso a la hora de estudiar. En selectividad no iba a ser diferente: tres días antes, deprisa y corriendo, esto me lo leo, esto no y esto pffff...mmm...cambio de asignatura... .¿Resultado? Una nota pelada que me dejaba fuera de publicidad. Así acabé en Sociología.
Tras varios años de carrera (una es currante y no puede ir más deprisa) he descubierto muchas cosas, pero sobre todo una: la Sociología es demasiado importante en la actualidad como para que siga siendo esa gran desconocida. Bueno eso y que "la Sociología estudia el comportamiento humano en grupo. La sociología se hace presente cuando un comportamiento individual pasa a ser grupal" (Algado, ¡apruébame ya!). En fin, que me he dado cuenta que sacar una nota baja no fue tan malo. Sociología creo que es la carrera que debía hacer y de hecho que estoy haciendo, además de que cada día me tiene más "enganchada". Gracias por ese elogio, señor "x" (¡prometo buscar el nombre!).
Y qué más da si cuando digo: "Estudio sociología", me responden: " ¿Y eso pa qué es? ¿Pa qué sirve?". De momento para conseguir una visión de las cosas de lo más diferente a la que tenía antes y a la que tiene la mayoría de personas...lo demás, es secundario.